Mesa Redonda organizada por la Academia de Psicología de España en colaboración con la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid
Las académicas María José Díaz-Aguado y Rosario Martínez Arias organizaron el 20 de noviembre de 2018, Día Universal de los Derechos de la Infancia, una mesa redonda sobre dicho tema y su relación con los nuevos retos de la educación familiar, en la que también participaron como ponentes, junto al académico Fernando Chacón y la representante de la organización Save the Children, Carmela del Moral.
Inaugurando la sesión, participaron el rector de la UCM, Carlos Andradas, la Decana de la Facultad de Psicología, Nieves Rojo y el presidente de la Academia de Psicología de España, Helio Carpintero.
El Rector Carlos Andradas recordó que la universidad debe plantearse las cuestiones que afectan a la sociedad y ofrecer posibles respuestas desde el método científico, el rigor y la investigación. En el caso de la educación familiar y los derechos de la infancia, según subrayó el rector, nuestra obligación es especialmente importante por afectar al colectivo más vulnerable, la infancia, en un momento histórico en el que se están produciendo cambios muy rápidos y profundos, que afectan al propio núcleo familiar, como son las familias formadas por parejas del mismo sexo o el fuerte incremento de las familias monoparentales. El papel de la psicología para optimizar la atención a la infancia ante estas nuevas realidades es decisivo.
El Presidente de la Academia de Psicología de España, Helio Carpintero, planteó que la familia vive en nuestro tiempo una crisis profunda, como reflejan los 100.000 divorcios producidos el pasado año o el hecho de que el número de familias sin hijos se haya duplicado en los últimos 20 años, alcanzando ya los cinco millones. Destacó que la actual tasa de 1,3 nacimientos por mujer debe preocupar a políticos, sociólogos y psicólogos. A los primeros y a los segundos porque nos conduce a un país con mayoría de personas mayores, con lo que ello implica a nivel social y económico, y a los terceros, porque es misión suya analizar los comportamientos, motivaciones o limitaciones que llevan a las familias a tomar esta decisión de no tener hijos. Los psicólogos debemos ayudar a dar un giro a esta situación, concluyó el presidente de la Academia de Psicología de España.
La académica María José Díaz-Aguado tituló su ponencia La educación familiar como una responsabilidad compartida y las creencias sobre el instinto maternal. Como punto de partida, destacó tres condiciones básicas que toda familia debe proporcionar a la infancia: afecto incondicional, que dé seguridad sin proteger en exceso; atención continuada, adaptada a las cambiantes necesidades que se producen con la edad, y enseñar a respetar límites sin autoritarismo ni negligencia. La evidencia científica muestra que estas habilidades no se producen automáticamente como consecuencia de ningún instinto, sino que tanto las mujeres como los hombres las deben aprender. Los resultados sobre el vínculo de apego deberían ayudarnos a corregir las expectativas sexistas derivadas de las creencias sobre instinto maternal, como algo automático disponible desde el parto y ligado biológicamente al sexo. Superar dichas creencias con información científica adecuada ayudará a disminuir los sentimientos de tristeza y ansiedad que el 80% de las madres viven en las semanas posteriores al parto y a incrementar la participación de los padres en la educación familiar como una responsabilidad compartida, que deberíamos considerar como un derecho de la infancia. Como indicadores de la resistencia al cambio que todavía existe en este sentido destaca que menos del 2% de los padres ocupan alguna de las 10 semanas de permiso paternal que pueden repartir con su pareja y que un 20% ni siquiera pida las 5 semanas de permiso paternal intransferible a la madre.
La académica Rosario Martínez Arias presentó una ponencia sobre La calidad de los vínculos familiares. La inicio con una reflexión sobre la familia como la primera unidad social en la que niños y niñas aprenden y el importante papel de los vínculos e interacciones que en ella se producen como factores de riesgo y protección. Presentó los resultados de una investigación realizada en la Comunidad de Madrid con las respuestas de 5422 conjuntos de padres/madres e hijos/as sobre el bienestar en la adolescencia y su relación con los estilos educativos familiares. Los resultados mostraron el elevado bienestar expresado por adolescentes y progenitores así como la buena calidad de sus vínculos. Se detectaron tres tipos de estilos educativos: autoritario (42%) democrático (24,1 %) y laissez-faire (33,8%). En la dirección de lo encontrado en otros países, los hijos e hijas educados bajo un estilo democrático muestran mejores hábitos de estudio, mayor responsabilidad, mejor comunicación con los padres así como mejor valoración de su implicación; también se sienten mejor con la familia, muestran un autoconcepto más elevado y experimentan menos problemas de victimización en la escuela, menos presión de grupo y menos manifestación de conductas de riesgo. La tipología de adolescentes permitió identificar a un grupo (n = 628, 11,6%) en la adolescencia temprana (14-15 años) con conductas de mayor riesgo y menor sentimiento de bienestar. Se encontró una relación moderada entre este grupo y la presencia de progenitores con estilo educativo autoritario.
El académico Fernando Chacón, tituló su ponencia Diversidad afectivo-sexual y educación familiar. Se basó en el estudio que dirigió en 2005 sobre el desarrollo de la infancia en familias con progenitores del mismo sexo, comparado con el de las familias con progenitores de distinto sexo. Esta investigación fue encargada al Colegio de Psicólogos de Madrid por Javier Urra, entonces Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, a quien a su vez se la había encargado Alberto Ruiz Gallardón, como Presidente de dicha Comunidad Autónoma. En el momento de realización del estudio se estaba debatiendo en España le ley de aprobación de los matrimonios homosexuales. El estudio tuvo un gran impacto social al permitir responder a una de las últimas resistencias manifestadas por quienes no querían la aprobación de esta ley, sobre los supuestos problemas psicológicos que arrastrarían los hijos de padres o madres homosexuales frente a los que vivían en familias tradicionales. La comparación del grupo objeto de estudio, con un grupo de control de similares características socioeconómicas, reflejó que no había diferencias significativas en ninguna variable, excepto en dos, entre los niños que vivían con padres homosexuales o madres lesbianas y los que vivían con familias tradicionales. Las únicas diferencias fueron que los hijos de parejas homosexuales mostraban una mayor aceptación de la homosexualidad y más flexibilidad en los roles de género.
La ponencia de Carmela del Moral, analista jurídica de Derechos de la Infancia de la organización Save the Children, se tituló El abuso sexual infantil en el entorno familiar: incidencia, prevención y detección. Inició su presentación con algunos datos sobre la prevalencia de este gravísimo problema a partir de sentencias judiciales de 2017. De las más de 38.000 denuncias de delitos contra menores, 4.211 eran de abuso sexual, cifra que se estima solo llega al 15% del total de los casos de abuso sexual. La mayoría de dichos abusos se comenten en el entorno familiar y sus víctimas más frecuentes son las niñas. Los abusos sexuales contra los niños se producen con más frecuencia fuera de la familia y son perpetrados por otras figuras adultas de confianza, como pueden ser entrenadores, profesores… Contra esta lacra Save the Children apuesta por la prevención y, en concreto, por la generalización de la educación afectivo-sexual, que permita a niñas y niños diferenciar tanto en sus casas como en otros lugares qué comportamientos son normales y cuáles son abuso. Concluyó su presentación con la necesidad urgente de promulgación de una Ley de Protección Integral de la Violencia contra la Infancia, solicitando el apoyo para dicha ley.
La Decana de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense, profesora Nieves Rojo, agradeció a la Academia de Psicología de España que promoviera la realización de esta jornada que nos permitió reflexionar sobre un tema de tanto interés como el de la educación familiar y los derechos de la infancia. Agradeció asimismo a todos los ponentes por sus contribuciones y al Rector, cuya presencia subrayó la importancia de estos encuentros.