España y el resto del mundo están asistiendo a la aparición de un nuevo paradigma laboral que debe enmarcarse dentro de la cuarta revolución industrial marcada por la digitalización que afecta todos los aspectos vitales, ya sean los sociales, laborales o económicos. ¿Cómo se están abordando esta irrupción en el mundo de la empresa? Y, sobre todo, ¿cómo debería cambiar la relación entre el mercado laboral y su principal suministrador de capital humano: el sistema educativo en todos sus niveles, incluyendo la formación a lo largo de toda la vida laboral, para aprovechar los avances que supone esta cuarta revolución industrial?En Foro Futuro, el observatorio de investigación económica organizado por Cinco Días con el respaldo de Grupo Santander, un grupo de cinco expertos académicos han intentado responder a estas y otras preguntas sobre ese nuevo paradigma laboral y cómo España podría sacarle mayor provecho. Así, han planteado hoy un nuevo debate, centrado en los cambios del mercado de trabajo, con el foco en la educación y la gestión del talento aplicadas a la empresa.

En respuesta a la primera de estas cuestiones sobre qué es lo que está cambiando en las relaciones laborales y las que mantienen el mundo educativo y las empresas, José María Peiró, catedrático emérito de Psicología Social de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE, empieza llamando la atención sobre si ese nuevo paradigma laboral supondrá la creación o la pérdida neta de puestos de trabajo. La respuesta no se sabe a ciencia cierta, explica el catedrático, pero aunque se creen nuevos empleos, en términos netos “habrá perdedores porque no todos los que ahora tiene un empleo están preparados para nuevas actividades”.

Precisamente por eso, considera que el mercado de trabajo debe dejar de plantearse o girar en torno al concepto de puesto de trabajo para que el concepto central que se analice sea el de las “tareas”. A su juicio, se necesitarán, por tanto, más cualificaciones en pensamiento crítico, resolución de problemas, aprender a trabajar con personas o la autogestión y menos actividades de lectura, que incluso podrían reducirse, indicó.

En definitiva, Peiró apuntó que la digitalización no se hará nunca de forma eficaz si no se cuenta con las personas. En ese sentido, “se ha abusado de la formación reglada en cursos y es esencial el aprendizaje en el lugar de trabajo”, donde es más fácil poner en práctica todas esas habilidades.

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